La primera CGTP fue fundada por mi abuelo el 17 de mayo de 1929. Como saben los entendidos, JCM fue un marxista disidente de Moscú (se acercaba más a Gramsci y al comunismo italiano, conocido en los 70 como “eurocomunismo”), lo que quedó patente en las conferencias marxistas latinoamericanas de Montevideo y Buenos Aires (1929), donde recibió fuertes críticas por su oposición a la línea oficial estalinista del moscovita argentino Vitorio Codovilla y a su peregrina idea de dividir al Perú en repúblicas peruana, quechua y aymará, siguiendo el modelo de la URSS de aglutinarse étnicamente (Armenia para armenios, Georgia para georgianos, etc.).
JCM falleció el 16 de abril de 1930, en vísperas de emigrar a Buenos Aires, y Eudocio Ravines (brillantísimo y corruptísimo periodista que acabó de agente de la CIA. Ya octogenario y exiliado por Velasco, fue asesinado por el castrismo en México. Recomiendo leer su interesantísima biografía El Camino de Yenán) no sólo le cambió el nombre de “Socialista” a “Comunista” al partido heterodoxo fundado por JCM en Barranco en octubre de 1928 (eso que ponen los de Patria Roja en su web que “JCM los fundó” es una mentira imbécil, a menos que hayan hecho espiritismo, pues recién Patria Roja aparece en 1969), sino que inició una agresiva campaña, digitada por la estalinista Moscú, de “desmariateguización”. Aquí desaparece la primera CGTP, la verdaderamente mariateguista, la que no tiene nada que ver con Huamán y sus antecesores Gamarra, Pacho, Espinoza, Huilca, etc...
La segunda CGTP, esta stalinista de Huamán y compañía, fue creada en junio de 1968 de un germen sindical llamado CDUS, nacido en 1966. Ya en esa época los estalinistas criollos habían decidido usufructuar a JCM, al que habían purgado en 1930... Recordemos que el movimiento sindical local había sido dominado por la aprista CTP hasta la dictadura de Velasco. Antes los comunistas sólo controlaban algunos pequeños bastiones, como la Federación de Choferes con Juan Luna, los bancarios, los “telefónicos” y la minera Toquepala. También eran fuertes en San Marcos, donde al parecer la idiotez ideológica ha sido perenne (es que para ser comunista después de la Segunda Guerra Mundial tienes que haber sido de pocas neuronas o muy totalitario).
Los moscovitas nunca tuvieron mayor peso electoral. Se prestaron a ser comparsas, como diputados, de la dictablanda derechista del primer pradismo (1939-45) para darle a ésta una cara democrática. Hasta le otorgaron a este tremendo oligarca el título de “Stalin peruano” (°plop¡). Su eterno jefe fue Jorge del Prado, lacayo absoluto de Moscú. El PCP moscovita era llamado “Unidad” para diferenciarse de los maoístas del PCP-Bandera Roja –de aquí salieron después los criminales del PCP-Sendero Luminoso– y los ultras estalinistas del PCP-Mayoría de César Lévano.
En su triste historia, los comunistas moscovitas criollos terminaron, como bajo Prado, de sirvientes del dictador Velasco, quien les entregó el confiscado diario Expreso y varias tetas estatales (puestos públicos, cátedras) para que coman caliente, amén de hacer crecer explosivamente a la CGTP para acabar con la CTP aprista. Tuvieron su apogeo con el paro de julio de 1979 contra Morales Bermúdez. Luego se integraron a IU como partido menor, experimentaron la implosión de la izquierda de fines de los 80 y ahora son cuatro gatos fosilizados que se dedican al vandalismo y la intransigencia sindical usando al otrora defenestrado JCM. Curiosamente, a la CGTP la financian las estatales cooperación española, italiana y belga.
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