La verdad, no me pareció nada bien que el primer ministro Del Castillo se ponga a debatir con el mandamás de la CGTP, Mario Huamán. ¡Razones abundan! El puesto de Premier en nuestro orden político es de primera importancia, escoltando sólo al Presidente de la República y al titular del Congreso. No es un cargo para ser manoseado con debates frente a personajes muy menores, sin mayor peso electoral (Gorriti de la CGTP no sacó ni 5 mil votos en las últimas elecciones generales) ni sindical; Huamán es tan sólo un personaje mediático. Ya no me sorprendería que mañana Del Castillo salga a debatir con Manuel Burga, Gastón Acurio o Gisela Valcárcel. No pues.
Si me dicen que el ministro de Trabajo va a debatir con Huamán, no me parecería enteramente correcto (por lo que explicaré líneas abajo) ni pertinente (es que no vale la pena debatir con un comunista o un fundamentalista de cualquier índole. Nunca te vas a entender con alguien que funciona en base a dogmas religiosos o cuasireligiosos antes que guiarse por examinar la realidad. El comunismo es básicamente una religión terrenal), pero lo entendería. Pero un Premier –que es la cabeza del gabinete, el estratega político por excelencia en el Ejecutivo, el gerente del manejo político diario– no puede bajar al llano con cualquiera. Le da demasiada importancia a un caballero que no la tiene, que tan sólo representa a cuatro gatos, pues el universo de los sindicalizados en el Perú es minúsculo respecto de la PEA (población económicamente activa).
Además, esta sobrevalorada CGTP aglutina básicamente a un sector de Construcción Civil, a lo que queda del SUTEP, a los “telefónicos” y poco más. Si revisan su padrón, el 80% es aire, sea porque se trata de empresas grandes que ya desaparecieron hace buen tiempo (Diamante, Manufacturas Nylon, Inresa, Moraveco) o entes fantasmas creados por el velasquismo cuando éste era aliado del PCP moscovita (hasta les dio el confiscado diario Expreso). Uno acude a los locales que registran como sedes y se encuentra con fotocopiadoras o chifas...
Esta Casa Editora les ha pedido varias veces a los ministros de Trabajo que les exijan padrones actualizados a la CGTP, pero ni los toledistas ni la señora antropóloga que ocupó ese cargo antes que Mario Pasco han hecho nada al respecto. Sería bueno que Pasco se compre ese pleito y les pida no sólo un registro al día y con sus firmas respectivas para renovar su inscripción y reconocimiento oficial, sino que además les ponga como requisito que la CGTP elija a sus máximos dirigentes por sufragio secreto monitoreado por ONPE, amén de que toda convocatoria a paro sea decidida también por votación secreta de sus miembros inscritos y no por capricho o cálculo político de Huamán.
Recién allí podremos hablar de un sindicato representativo y democrático, con el cual sólo debería debatir el ministro de Trabajo (jamás el Premier). Sólo así tendremos una fuerza sindical digna de respeto y no esta claque agresiva de veteranos comunistas entornillados a la mala en sus puestos, que lo único que saben es salir a colapsar el tráfico y plantear tonterías. Debatir con Huamán...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario