24 octubre 2008

¿Dónde está el piloto? (21/10)

Un ictiólogo me explicaba una vez que para los peces es letal moverse en un desorden inusual. Eso atrae a los depredadores. Córtale la aleta del lomo a un tiburón, aquella que le da la dirección, y éste no dura cinco minutos sin que otro se lo coma.

Algo de eso está pasando con este nuevo gabinete, donde tenemos a un Premier anunciando salidas de ministros (y debilitando así a la ministra de Transportes en términos burocráticos), ventilando públicamente sus discrepancias con el titular de Economía (y preocupa cómo minimiza al ogro inflacionario) y ahora dejando en offside a su ministro del Interior en su bronca con el director general de la Policía (otro tema que también debió solucionarse a puertas cerradas y con la discreción del caso para no abrir cismas en la PNP. Hernani se fue de boca. No se percató de que el director general de la PNP sólo responde de su nombramiento ante el Presidente y no al ministro del Interior. Mal entonces podría alegar que a Salazar le faltó dignidad para dimitir, ya que no es su jefe). ¿Cuál es el próximo ministro? ¿Dónde está el piloto? ¿Qué pasa con el líder del gabinete? Por favor, más tino, que se nos viene encima una seria crisis económica internacional y necesitamos un capitán de primera al mando, no a uno que arma líos cantinflescos de la nada con la gente que trabaja. No vaya a ser como Valle-Riestra en 1998, cuando se nos venían la crisis rusa, la crisis asiática y El Niño a la vez y él estaba más ocupado en que los militares salgan de San Marcos. Se ocupaba del chihuahua en lugar del tigre... Esa falta de reacción nos salió carísima.

Y luego de lo ocurrido ayer, a Hernani no le quedaría más que irse, porque ya quedó clarísimo que el Presidente y el Premier apoyan a Salazar. O también puede tragarse el sapo, como ya ha pasado otras veces. En fin. De todas formas, aquí el culpable final fue quien nombró a Hernani sin calcular que se iba a armar todo este tole tole en la Policía. ¿Fue Alan o Yehude? Ojo, no tengo nada contra Yehude. Me repele su pasada vinculación al MRTA -a bastantes funerales asistí en los 80- y no creo que sea el hombre para la ocasión dados los problemas internacionales, pero reconozco que es un hombre honesto, de buena voluntad y que enmendó su vida. Pero tampoco lo santifiquemos y aceptemos esa versión caviar de que fue un inocente encarcelado. No jodan. Bien metidito que estuvo con el MRTA y por mucho menos otros sufrieron más cárcel.Además, ya Quispe Correa (ver Expreso, 16-10-08, p. 11. Fue el ministro de Justicia que integró la comisión, junto a Lansiers y Santistevan de Noriega, que recomendó su indulto en 1999, precedente en que se basó García Sayán para liberarlo después) aclara que no se indulta a un inocente, que esta figura perdona lo sancionado por el juez y que por eso el criterio que se aplicó para indultar a Yehude no fue que haya sido inocente, sino que se hizo por un espíritu cristiano que consideraba draconiana la sentencia y que apreciaba su comportamiento de arrepentido. Así que en ningún momento se le declaró inocente, como la prensa caviar quiere vendernos. Esto sin perjuicio de que efectivamente ha cambiado y se ha rehabilitado.

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