17 octubre 2008

Muevan Las Palmas en lugar de Collique (29/09)

Es curioso cómo todo se hace en el Perú sin lógica. Este reciente y lamentable accidente aéreo en Barranco desnuda que mucho más inteligente que vender y mover el parque aéreo de Collique es trasladar la Base Aérea de la FAP en Las Palmas. Tiene muchísimo más sentido sacar de allí una pista enclavada en plena zona urbana, pues no sólo atormenta con la bulla a los vecinos de Chorrillos y Barranco, sino que también puede terminar dándose un accidente mucho más serio. Esta vez fue un ultraligero, pero mañana puede ser un avión. Tiene mucho más sentido hacer complejos habitacionales allí, además de sacar al principal obstáculo para que el Zanjón siga la prolongación que tenía proyectada en los planos originales -doblaba por el óvalo Balta a la izquierda y de allí seguía de frente hasta desembocar en la Panamericana Sur-, lo que fue frustrado -cuándo no- por la nefasta dictadura velasquista, campeona en hacer estupideces olímpicas y en mezquindades baratas (sacaron la placa inaugural que estaba en el cruce con Javier Prado). Collique que se quede como está y que se respete el propósito original de sus impulsores como espacio para actividades aéreas. Que Las Palmas se mueva para otro lado y que el dinero fruto de su venta sea usado por la FAP, ya sea para mantenimiento, para equipar otra base o con fines pensionarios. Eso ya es cuestión de Ántero y de la FAP.- Como para taparle la boca a los lobbistas, periodistas y congresistas pendejos o brutos, acaba de salir un informe en la revista británica The Economist (A rising tide, setiembre 20, pág. 97) donde se detalla, para que lo entiendan hasta los más brutitos de los humalistas (valga la redundancia), que el sistema de cuotas individuales (que se originó en Australia, Nueva Zelanda e Islandia) es la única solución para evitar el colapso de las pesquerías mundiales, calculado para el 2048 si no cambian las cosas, según modelos realizados por universidades de California y Hawai y publicados en la prestigiosa revista Science. Se explica que el perverso sistema -que usábamos aquí- de vedas genera una carrera por pescar lo más que se pueda en esos pocos días, lo que termina depredando los recursos y distorsionando los precios al presentarse toda la oferta a la vez. Gracias a las cuotas individuales se ha podido salvar al halibut, un pez de Alaska que estaba al borde de la extinción por sobrepesca a pesar de gozar de vedas.Claro, todo esto no disculpa las críticas válidas referidas a que debió subastarse por lo menos un cuarto de las cuotas para evitar favorecer solamente a los que ya estaban en el negocio, o que el estudio que sustenta este cambio necesario lo haya hecho una consultora donde trabaja un señor que es director de una de las más grandes pesqueras, pero que las cuotas individuales son el único camino para preservar nuestro mar es algo indiscutible, siempre que los controles estén bien hechos (otro problema en el Perú). Rafael Rey ha realizado un muy buen trabajo aquí y hasta su admirador Juan Cuy Acevedo debería reconocérselo.

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