16 octubre 2008

Sarta de inútiles (14/08)

El miércoles pasado un condiscípulo me llama por la tarde para invitarme a ver el partido con Argentina en su palco, ofreciéndome un estacionamiento interno para dejar el carro. Lo pensé bastante por el asunto del tráfico, pero acepté para ver a viejos amigos de nuevo y también a Messi. ¡Para qué acepté! Salí a las 7:30 p.m. y llegué pasadas las 9 tras soportar un tráfico demencial. Sin embargo, la salida fue aún peor. Como vimos la pelotera de autos, nos aguantamos para esperar que baje. Luego de más de una hora, la cosa ya parecía tranquila y salimos. Craso error... Un par de cuadras más allá descubrí que la antesala del infierno no es la calle Lampa, como solía creer cuando trabajaba en el centro, sino una que se llama Melgarejo. Decidí subirme a la vereda y ponerme a leer una revista y distraerme con el tonto jueguito que tengo en el celular mientras el atasco desaparecía. Llegué a mi casa a la 1.30 a.m. Los culpables son varios. En primer lugar, los inútiles absolutos del alcalde y el comisario de Ate, gente sin mayor criterio ni imaginación ni respeto a los demás. El primero por no preocuparse por abrirle vías a ese estadio, ni volver de doble sentido momentáneamente a calles estrechas como Melgarejo (¿y por qué los alrededores del estadio están tan oscuros?) o no ampliar la angosta Javier Prado en sus tramos finales; y el segundo porque su fuerza policial no hacía nada efectivo por facilitar el tráfico. Más bien la complicaron aún más poniéndose a hacer idiotas controles de alcoholemia en lugar de agilizar la salida de más de 40 mil personas. ¡Si serán estos dos! Aquí también tienen la culpa los necios y lentísimos cuadros del Instituto Nacional de Cultura, que han puesto mil obstáculos para que de una vez se corte ese pedazo del cerro Puruchuco y haya un desfogue vehicular por allí hacia la Carretera Central. Encuentran un huesito viejo de cuy y ya alucinan que están en otro Machu Picchu... Ayer me acordaba de Cecilia Bákula y le deseaba que Castañeda o Masías (al que le dicen el Mariscal Zhukov, pues, como este ruso en 1945, destrozó Berlín... O Bush padre, porque invadió y deshizo Panamá) se ocupen de hacerla pasar un martirio similar, pues ellos son unos maestros en torturas chinas. El club también puso de la suya. Entras a buscar dónde te toca cuadrar y no hay ninguna señal que te indique si estás en Oriente, Occidente o lo que sea. Los puentes para pasar a la zona de palcos no tienen números visibles y también todo adentro es una boca de lobo. ¡Un desastre!Me dicen que no se puede jugar en el Estadio Nacional, de mucho mejor circulación, por culpa de Woodman, que habría destrozado la cancha con una cobertura sintética que no sirve. Como costó un riñón de dinero, nadie se atreve a cambiarla y así nos quedamos sin ese buen escenario. Claro, sólo falta que alguien por allí vuelva a insistir graciosamente en que postulemos para hacer unas Olimpiadas...

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