17 octubre 2008

La cabeza de Hernán (24/09)

Tras escuchar a Alan García ayer, me preguntaba por qué este zorro político se la juega tan a fondo por un ministro tan polémico como Hernán Garrido Lecca, que todos sabemos que en realidad se ha terminado suicidando políticamente tras la difusión de ese audio, y que ya a estas alturas parece ser lo que en la jerga del FMI de los 80 se llamaba valor deteriorado. Lógicamente, García no va a ceder a la pretensión de los médicos públicos de que el fin de la huelga pase por la salida de éste, dado que eso sería abrir la puerta a que los sindicatos estén tumbándole ministros a cada momento. Si se cede por esto, mañana el SUTEP pedirá la salida de Chang, los mineros la de Valdivia, etc., y eso sería abrirle las puertas a la ingobernabilidad, además que los sindicalistas comunistas (porque tal es la tendencia de la Federación Médica) no han sido elegidos para disponer quién es ministro y quién no.De otro lado, Garrido Lecca no es Alva Castro. No es un dirigente histórico con trayectoria desde los 70, que ha crecido políticamente junto a Alan escuchando a Haya, que ha estado antes en varias carteras claves (premierato y MEF) y que incluso ha representado al APRA en unas elecciones presidenciales. Por más problemas y malas encuestas que éste enfrente, estas razones tienen su peso.Pero Garrido Lecca no cae en esta clasificación. No tiene el bagaje partidario de LAC, candidateó incluso en los 90 con otros movimientos y firmó además duros comunicados contra García en los 90. Tampoco le ha hecho honor a su fama de whizz kid (chico maravilla) y ya algunos colegas suyos susurran a sus espaldas que Hernán habla mucho y ejecuta poco o el aún más sepultador es sólo un buen consultor. Su paso por la cartera de Vivienda no ha sido especialmente memorable –le debe saber a chicharrón de sebo no haberse acercado mínimamente a la alta aprobación con la que salió su amado amigo Carlos Bruce de allí–, sobreviviendo incluso milagrosamente a la ingenua compra de espacios periodísticos o soltando torpes ocurrencias memorables sobre cómo limpió sus necesidades con el diario más antiguo en Marcahuasi. Su actual gestión en Salud (y su previa dramática reducción de peso) ha dejado la impresión de que le ha cambiado el carácter. Ahora se le ve alterado y hasta excéntrico con el detalle de la chalina. El gordito graciosón ha dejado paso al flaco achorado. Cierto que la Federación Médica no lo ha derrotado y que más bien Garrido Lecca le ha ganado –no por K.O.– la batalla de los sondeos. Pero el estrecho margen deja sabor a empate a la boliviana, lo que no favorece a los pacientes. Este jugador no los ha goleado, como Chang al SUTEP, y ya está quedando como Pizarro en la selección. Más bien da la impresión de que el entrenador García no lo saca sólo porque está esperando el segundo tiempo (¿tras la APEC?) para hacer los relevos.

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