16 octubre 2008

Sebo de culebra (17/08)

Me parece muy peligrosa esta iniciativa del congresista Velásquez Quesquén respecto de implantar la renovación por tercios. El remedio sería peor que la enfermedad, dado que viviríamos en un clima electoral perpetuo, con la demagogia exacerbada al máximo, tanto por parte de aquellos que temerán perder su puesto como de los que quieren alcanzarlo como sea. El ruido político llegaría a tales decibeles que impactaría de todas maneras en las actividades económicas. Ya veo a los inversionistas paralizando constantemente sus proyectos en espera de ver cómo queda configurado el Congrezoo cada dos años. No, una locura por donde se le vea. Y es que, como bien escribió el filósofo Santayana, los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Se nota que el actual titular del Legislativo no ha visto a Basadre ni por el forro. Si no estaría enterado que este sistema de renovación por tercios trajo una serie de serias fricciones durante el período conocido como la República Aristocrática (1895-1919) y cómo incluso colaboró a desencadenar el golpe de Benavides contra Billinghurst en febrero de 1914, cuando hubo todos esos líos con el bloquismo. Y estamos hablando de una época en la cual el Congreso estaba compuesto por una élite de cultos señorones de apellidos compuestos y pomposos, no por esta recua de ignorantes, tan impresentables y angurrientos que ves fulanos peseteros que falsifican boletas de pollerías para ganarse unos soles o infelices que les recortan sus ingresos a los asesores para embolsicárselos. Imagínense campañas electorales bianuales, con estos prometiendo el oro y el moro a las masas o dando las leyes más populistas posibles para salvar el asiento. ¡Ni hablar! - Observo la debacle de los deportistas peruanos en estas Olimpiadas y me pregunto si vale la pena mandar gente allá para que hagan turismo (junto a los dirigentes) y, peor aún, el ridículo: el 90% no ha pasado de la primera clasificación. Sólo los mayores de 40 años recordamos cuando teníamos buenos equipos deportivos que quedaban entre los primeros en los Panamericanos y hacían actuaciones muy decorosas en las Olimpiadas, con gente como Johnny Bello (nadador que una vez le ganó a Spitz), la hasta ahora guapísima Edith Noeding (atleta completa), Carmela Bolívar (velocista), Fernando Acevedo (velocista), Rosemary Beck (atleta), Miro Ronac (atleta), el canguro Abugattás (salto alto), Fina Salazar (ping pong), John Trujillano (lucha libre), Burga y Rivadeneyra (box), los hermanos Duarte, Assereto y el Chino Vásquez (baloncesto), Boza y Giha (tiro), cuando teníamos equipos muy, muy buenos de vóley. Examinen los laureles deportivos en el Estadio Nacional y verán que hace tiempo que nadie nuevo ingresa allí. Se habla mucho de la crisis del fútbol, pero el marasmo deportivo peruano es integral. ¿Cuándo se repetirá un año como 1983, cuando tres boxeadores peruanos como el pluma Ibáñez, el peso ligero Romerito y el peso pesado Rivadeneyra tentaron el campeonato mundial?.PD: Conocí de niño a la recientemente fallecida Victoria Rotondo de Bozzo y era un ser entrañable, todo un carácter de tanta personalidad. Mis más sentidas condolencias a su hija Laura y a su familia.

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