19 febrero 2008

Ancón, Asia, Mamacona, Ventanilla (23/01)

-El otro día me preguntaban qué entendía por "electarado". Respondo con un ejemplo: en un reciente sondeo nacional, el 61% contestó que no debíamos acatar el fallo de La Haya con respecto al contencioso marítimo con Chile si éste nos era adverso. Eso es una manifestación "electarada" típica: ignorancia, prepotencia y piconería, una mezcla de bestial contracultura combi limeña con linchamiento puneño, chauvinismo tacneño, resentimiento cusqueño, ignorancia cajamarquina y necedad arequipeña. No necesito añadir más.

¿Otra más de mi país cheverengue? Como todos sabemos, lo que menos tenemos en la Costa es agua, tanto para tomar como para irrigar cultivos o bosques y parques como pulmones ecológicos. Acaba por fin de comenzar a operar la planta de tratamiento de aguas servidas en el sur limeño (San Bartolo) y ésta sólo está operando a la mitad de su capacidad porque dicen que "no saben qué hacer con el agua si la trabajan al 100%". ¡Que no terminen tirando el agua al río Lurín para que acabe en el Pacífico!

Otra cheverengue patética: Vale do Rio Doce le entrega un millón de dólares a la paupérrima y pequeña comunidad de San Martín, vecina al megaproyecto de fosfatos Bayóvar, y todo indica que los dirigentes no han hecho un uso eficiente y honrado del dinero. Y no sé en qué está gastando el alcalde de Asia los cuantiosos recursos que percibe por el predial que pagan las casas de los veraneantes, pues uno se da una vuelta por los pueblos aledaños y sólo ve necesidades.
Dicho sea de paso, lo racional sería que los propietarios de casas de Asia empadronen en el Reniec sus DNI para votar allí y elegir a alguien capaz y ejecutivo, que no sólo vele, legítimamente, por sus intereses, sino que se preocupe básicamente del bienestar de sus vecinos pobres, que recursos hay. Si no, mucha de la desafortunada historia del colapsado Ancón se va a repetir allí, se los advierto. El otrora lindo Ancón pudo ser nuestro Viña del Mar y no esa decadente ballena muerta de ahora.

Y hablando de playas, leo que las más peligrosas en Lima por la bravura del mar son justo aquellas cercanas a barrios populares, como Conchán (¡algo tan popular en nuestro país!), Venecia, Mamacona y San Pedro en el sur y Ventanilla (norte). Estamos hablando de playas muy extensas y de buena arena. Sería interesante que el ministro Cornejo construya espigones para amansar esas aguas y así mucha gente humilde tenga en el próximo verano un acceso cercano y más barato a la recreación playera, descongestionando otras playas y balnearios cercanos (El Silencio, Naplo, Ancón, Pucusana, Santa María) que colapsan en suciedad, promiscuidad y ruido los fines de semana precisamente por excesiva presión demográfica. Miren Ancón: es insano meter a tanta gente en un espacio pequeño (sus playas, salvo Playa Hermosa, son angostas y cortas), pero eso sucede porque no existe otra playa mansa y abierta para toda la gente del Cono Norte. Y todo acaba en Pasamayo. Amansar Ventanilla y Santa Rosa aliviaría la presión sobre Ancón y tal vez, tal vez, lo resucitaría.

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