19 febrero 2008

Entomología del fujimorismo (17/02)

Veo a Gisella Ortiz, la hermana de un asesinado en La Cantuta, llorando en la conferencia de prensa del viernes pasado hecha por la parte acusadora del caso Fujimori y me pregunto cómo pretende que nos vayamos a conmover si ella terminó trabajando en el Congreso para los fujimoristas al final de la década pasada... En fin, yendo al fondo del tema y siendo absolutamente imparcial como el entomólogo analizando al insecto (no le tengo ninguna simpatía al caballero juzgado), creo que estos abogados acusadores del IDL (que confieso, no son santos de mi devoción tampoco por rojitos) están por ahora pecando de triunfalistas. Todavía no han ganado el partido con esos dos goles que más quieren meter: condenas por Barrios Altos y La Cantuta. De lo que hasta he seguido del juicio, Fujimori está absolutamente cogido por lo de los secuestros hechos el 5 de abril (Gorriti, Dyer, etc...) y eso le va a costar de diez a quince años, pero el tema del grupo Colina como que todavía no lo embarra. Claro que cualquiera con dos dedos de frente cree que de todas maneras Fujimori –que metía las narices en todo y que coordinaba ese todo al detalle con Montesinos– estaba enterado de la existencia y andares de este escuadrón operativo del Ejército, pero hasta ahora ningún testimonio ha sido contundente para involucrarlo. Todos son chismes de oídas y con borracheras de por medio (uno termina pensando que nuestro Ejército está totalmente alcoholizado... ¡Qué poca profesionalidad se observa con tanto trago a cada momento!), sin un hilo conductor claro que pase de Hermoza. Al menos que Montesinos, Hermoza o Salazar Monroe lo hundan definitivamente cuando declaren, hasta ahora no se siente un K.O. en estos ámbitos, guste o no leer esto a muchos. Repito, estoy convencido de que Fujimori estaba al tanto de esos dos crímenes, pero hasta ahora judicialmente eso aún no ha convencido. Hablando de Fujimori, parece que irónicamente el juicio le está beneficiando políticamente, a juzgar de lo revelado por el último sondeo de la U. de Lima. ¿Acaso una mal entendida “victimización” le está ayudando? Ya ocupa el segundo lugar en simpatías (casi 15%, con 27% en E), con 50% de aprobación a su gestión presidencial y casi 40% de simpatizantes del fujimorismo, con “combatió al terrorismo” (54%) como principal activo (¡justo con los “Colinas” declarando! Curioso...).
Otra ventaja que revela es que es “policlasista” en su base (todas las clases sociales se sienten beneficiadas y casi por tercios). Finalmente, queda ratificado que el logo político con que más lo identifican es “Cambio 90”: 71.6% respecto a 6.7% para “Perú 2000”, el segundo de las sopas de letras –“Sí cumple”, “Alianza para el Futuro”, “Nueva Mayoría”, “Vamos Vecino”, “Solución Popular”– que el inorgánico y caudillista fujimorismo se fue transmutando según cada coyuntura. Y su hija Keiko es “la que la lleva” en cuanto a herencia política, con 61% de simpatías fujimoristas frente a la segunda (Cuculiza con 13.4%. Allí sí la que ha retrocedido mucho es Martha Chávez , de 18.5% el año pasado al 8.6% actual.)

No hay comentarios.: