Una de las decisiones más desafortunadas de Toledo y Paniagua en términos comerciales fue la virtual desactivación del CEPEJA, un foro de consulta, asesoría, promoción e intercambio entre el empresariado nipón y el peruano, instaurado en los 90. El CEPEJA fue una de las víctimas de la política de "fujimorización" de las relaciones peruano-japonesas, donde se mezcló política con temas comerciales. Entiendo que personajes con poco criterio como Waisman o Javier 0.5% Canseco hayan impulsado esta corriente, pero no otros. No puede ser que no haya habido CEPEJA en funcionamiento desde 1999 y que ni Toledo ni sus ministros jamás hayan querido recibir a los directivos japoneses que visitaban Lima y exploraban la posibilidad de una audiencia, tal como me refirieron algunas fuentes de Tokio. Japón es la segunda economía mundial, por lo que significa un vasto mercado aún inexplorado. Cierto que es difícil y proteccionista, pero una vez que entras te sacaste la lotería: trabajan a largo plazo, pagan caro, puntual y sin chistar, y el poder adquisitivo local es altísimo. Es más, posiblemente hubiéramos obtenido ya un TLC con este país de haber seguido manteniendo este valioso vínculo mercantil, donde participaban gigantes como Sumitomo, Honda, Mitsubishi, Marubeni y Toyota, entre otros. Una vez más los chilenos nos ganaron la partida y ya lo tienen cerrado, al igual que los mexicanos. A veces perdemos la perspectiva y no nos damos cuenta de que somos una economía enana y periférica, que hace muy mal en pelearse con gigantes, a los cuales les da lo mismo si existimos o no.
Precisamente, las fuentes locales me cuentan que la próxima visita (marzo) de García a Japón va a servir para terminar de sepultar definitivamente este capítulo de peleas y hacer renacer al CEPEJA, liderado por Luis Vega en el área peruana. También me aclaran que es imposible que García regrese con el inicio de negociaciones para un TLC, porque se ha perdido mucho tiempo y eso se inicia forzosamente con la firma de un Acuerdo de Inversiones (AI), seguido de una serie de foros. Por eso aconsejan localmente que García arribe con el borrador de un AI bajo el brazo y con una agenda tentativa de foros, lo que favorecería que hacia el 2009 ó 2010 ya se pueda hablar de negociar un TLC. Asimismo, los nipones tienen un par de reclamos tributarios (dicen que no les permiten deducir como costos las pérdidas por cobertura ni los fletes de exportación) que sería bueno solucionar o por lo menos sustentar claramente la posición tributaria peruana al respecto.
Porque hacer negocios exitosamente en Japón no es imposible. Aquí en el hotel hay una tienda (el espacio debe costar un platal) llamada Royal Alpaca, donde venden sastres femeninos a precios estratosféricos. Me cuentan que es de propiedad de una dama arequipeña que incursionó en este rubro hace ocho años. No sólo entendió la moda local, sino que incluso utilizó nuevas técnicas textiles europeas para que la calidad de su producto sea óptima, amén de formar un "cluster" productivo en su terruño natal. Da gusto cuando se ve a compatriotas triunfar así.
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