Acaba de quedar vacante uno de los puestos de juez, correspondiente a la cuota latinoamericana, en la Corte de La Haya debido a que ya venció el período correspondiente al jurista venezolano Gonzalo Parra Aranguren. Ha transcendido que su reemplazo será definido entre el jurista colombiano Rafael Nieto Navia y el brasileño Antonio Cancado Trinidade. Ahora bien, Chile teme –según reseña el diario mapochino El Mercurio– que sea designado el primero de los nombrados, dado que presidió el tribunal arbitral internacional que votó en contra de ellos en el litigio con Argentina por la zona limítrofe llamada Laguna del Desierto. Ergo, Perú debería apoyar con todo la candidatura de Nieto, aunque sea nomás sólo para darle la contra a Chile. Pero aquí viene la caviarada en acción. Resulta que algún diplomático caviar en Torre Tagle ya habría decidido el voto peruano a favor del brasileño sólo porque éste es parte del circuito “progre” internacional y porque integró la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Precisamente Cancado fue quien redactó aquella sicotrópica ponencia a favor de indemnizar a los terroristas fallecidos en el motín de Castro Castro, donde escribió las siguientes lisérgicas e indignante sandeces: “de agregar a la presente Sentencia este Voto Razonado, con mis reflexiones personales (...) Todos vivimos en el tiempo, misterio mayor de la existencia humana; pero el implacable tiempo del cosmos, que reduce a la nada el poder y la gloria, no es el tiempo de los humanos, que luego los nutre de esperanza y más tarde de memoria. El tiempo concede a cada uno, de inicio, la inocencia, para más tarde imponer la experiencia. Y ésta abarca a todo, al bien y al mal, propios de la condición humana, correspondiendo a cada uno extraer sus lecciones en la búsqueda sin fin de su propio nirvana. (...) En mi imaginario personal no consigo escapar de la impresión de que muchas de las víctimas bombardeadas en el brutal ataque armado a la Prisión de Castro Castro (pabellón 1A) parecen Juanas de Arco de fines del siglo XX (...) tenían sus ideas para liberar el entorno social, por lo que fueran aprisionadas (...) Hoy, ‘El Ojo que Llora’ desafía el pasar del tiempo, o pretende hacerlo, en señal de arrepentimiento por los ojos que ardieron o fueron perforados en la Prisión de Castro Castro (...)Licence to Kill (...) Punto VIII. Oprimidos y Opresores: La Dominación Insostenible y el Primado del Derecho.(...) Es así como Agamenón, que inmoló a su hija, revive en los capitalistas que, para mantener sus privilegios, aceptan a la ligera guerras que pueden arrebatarles a sus propios hijos. (Nota. Esta última es una cita de la escritora rojimia Simona Weil, con la que Cancado se identifica)”.
¡De Ripley! Perú no sólo no apoyaría con su voto al potencial aliado colombiano sino premiaría a un demente que nos insultó con una alucinante sentencia a favor de terroristas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario