19 febrero 2008

No más “presidente regional” (18/02)

Indignante y preocupante como han reaccionado varias regiones al promulgar ordenanzas contra la decisión del Ministerio de Educación de establecer la pertenencia al tercio superior como requisito para postular a ser profesor contratado. Igual de mal reaccionan los cusqueños, que creen que nos pueden imponer su parecer al resto del país si es que a ellos no les agrada una norma determinada, como la concesión de zonas adyacentes a ruinas. ¿Es que Simon y Guillén se creen que estamos en los Balcanes, que Lima es Serbia y ellos son Kosovo, Croacia y Macedonia? ¿Ese Gonzales Sayán de Cusco se cree un reyecito, el Inca del Perú? ¿No saben que esta es una república unitaria? Ni siquiera en un sistema federal, de estados asociados por contrato constitucional, los gobernadores desconocen que existe una sola política educativa nacional. ¿Mañana qué sigue entonces? ¿Arequipa con pasaporte propio? ¿Simon con ejército propio? ¿Cusco reemplazando definitivamente la bicolor por esa huachafada gay-andina? ¿Moquegua quedándose con toda el agua? Oigan, esto es un país y no un lenocinio donde cada uno hace lo que le da la gana. ¿Estos se creen curacas, caciques, señores feudales, duques, marqueses, barones, que pueden hacer lo que quieran en sus dominios? ¿Están cojudos o qué? Más allá de que tengan o no razón en este tema del tercio, ellos jamás pueden desacatar una norma superior porque eso abre las puertas a la anarquía, en un país ya lo suficientemente desordenado. Todos coincidimos en que el centralismo limeño ha sido pernicioso para la nación, pero eso no significa que actúen como una banda de acomplejados antilimeños que se van a los extremos cuando algo no les gusta, algo que es particularmente palpable en el sur, donde basta que Lima proponga algo para que se opongan automáticamente y se puedan dar eventos absolutamente imbéciles –¡tenía que estar la filial de la CGTP metida! Siempre los rojos detrás de los mayores disparates– como esta paralización que ojalá se haya evitado en el Cusco. Cierto es que Toledo hizo pésimo todo el proceso de regionalización, que convocó a elecciones y se eligieron autoridades cuando ni siquiera estaba la ley hecha, que fue tan tonto que la hizo sobre departamentos que ya existían y que fue más tonto aún cuando se le ocurrió remediar eso con un desordenado referéndum, cuyo rechazo nos costó varios millones de soles tirados a la basura. Y el APRA también tuvo mucho de culpa, incordiando a Toledo para que tome decisiones apresuradas al respecto. La pagaron, porque ganaron nada menos que 12 regiones en esa primera elección, administraciones que no pudieron sacar adelante porque no había ni recursos ni legislación pertinentes porque todo se había hecho a la diabla (y encima tuvieron gestiones escandalosas como la de Ghilardi) y quedaron así por las patas de los caballos en la eleccion siguiente. Y una primera reacción a esto, aunque suene baladí, es cambiarle el nombre de “presidentes regionales”. Parece que ese título se les ha subido a la cabeza. Que estos payasos rebeldes pasen a ser “intendentes” o “gobernadores”, o lo que sea.

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