Si existe algo vital en economía son los "animal spirits" de los agentes económicos de los que hablaba Keynes. Es que mucho en econonía son expectativas y lo que más debe cuidar el gobierno es evitar que se concreten las "profecías autocumplidas" de los agoreros que tratan de inyectar desaliento a los agentes económicos con los eventos externos cuando nada indica que vayamos a experimentar algo particularmente serio, dado lo bien robustecidos que estamos actualmente, comenzando con que este crecimiento está guiado por una alta demanda interna y por una fuerte inversión privada, amén de que existe aún muchos caudales públicos no gastados como para hacer una agresiva política anticíclica.
Por eso este gobierno debe organizar una política comunicacional eficient para que las expectativas no decaigan. Eso significa que tanto Carranza como Velarde tienen que salir ha hablar más a menudo, pues lamentablemente García y Del Castillo tienen poca credibilidad ante la ciudadanía, que desconfía de ellos por verlos como políticos y por experiencias pasadas. Esto también pasa porque el resto del gabinete no se meta a opinar del tema, como recientemente sucedió con las infelices declaraciones del ministro de Agricultura, Ismael Benavides, respecto del fin de los alimentos baratos. Un par más de esas tonterías y se van a pique las expectativas ciudadanas, comenzando los miedos que espantan la inversión y el consumo. Por eso, que hablen y bastante los que conocen del tema y tienen credibilidad por lo menos técnica, mientras que el resto haga sus tareas en el campo correspondiente, que existe mucha gente que basta que escuche decir a Alan algo para pensar de que o está mintiendo o exagerando.
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